miércoles, 1 de julio de 2015

Grandes rutas de la civilización (II)

El Camino (Primitivo) de Santiago. 
Empezó a funcionar a principios de IX para comunicar la corte de Alfonso II en Oviedo con Santiago de Compostela. 

 El objetivo del invento del Beato de Liébana (confesor del rey) con el sepulcro del apóstol era colocar al reino de Alfonso II en el centro de los cristianos peninsulares, en la órbita de la gran corte europea de Carlomagno, en detrimento de los cristianos viejos de Toledo. 



Pero poco más tarde, en el 914 Ordoño II traslada la corte a León con lo que se desarrolla el llamado Camino Francés, al sur de la cordillera, dejando al Primitivo en el olvido. 

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