En agosto acompañamos al Sil en su aventura, pero antes subimos la cordillera por el llamado Camino de las Reliquias, desde Quirós hasta Babia:
En Babia llegamos hasta el Sil, que surge con fuerza entre los muslos rocosos de la cordillera Cantábrica:
Unos kilómetros más abajo, sus aguas quedan enjauladas por el ingenio humano y las murallas de los cañones antes de morir en los brazos del Miño: